jueves, 29 de julio de 2010

De lo posible, probable y deseable.

Desde las primeras etapas de la evolución, el hombre siempre ha sido acompañado por su imaginación, esta lo ha llevado a descubrir el fuego, a refugiarse en cavernas, a desarrollar herramientas, a explicarse los fenómenos naturales como efectos de la ira de seres mas poderosos que él, pero semejantes. En un ejercicio retrospectivo es posible comprobar que todo aquello que nos rodea se puede convertir fácilmente en un cuento de ciencia ficción, desde la misma palabra escrita hasta la tecnología de regeneración de medula ósea, todo esto podría parecer el cuento mas fantasioso e imposible al hombre de las cavernas. Berger nos da luces al decir que debemos situarnos en el futuro para desde ahí mirar y analizar nuestro presente, el primer acercamiento que podemos hacer es analizar nuestro presente y preguntarle a nuestros padres que describan todo lo que hoy es posible y que ellos consideraban ciencia-ficción, pronto comprobaremos que muchos de los artilugios que hoy en día rigen el comercio e influyen en la lógica de las bolsas de valores no existían hace 30 años, algunos ni siquiera 10.

Leyendo a Huxley observamos como su Mundo Feliz es un escenario futuro gris, desesperanzador, donde poderes absolutos definen el rumbo de la humanidad pero este escenario no es un invento fantasioso, esta obra, al igual que las de Verne son el resultado de una profunda reflexión producto de una atenta lectura de contenidos de su tiempo, todas las piezas que construyen el futuro se encuentran en las noticias de hoy, no existe un solo rompecabezas con estas piezas, existen muchos; Huxley, Verne, Asimov, Dick y otros, han logrado articular estas piezas añadiendo belleza literaria.

Los profesionistas de hoy podemos dar forma a estos escenarios construyendo rompecabezas, por lo que la gran tarea es acercarse información, la mayor cantidad y de la mejor calidad. Construir escenarios probables, posibles o deseables es una responsabilidad que todo profesional debe tomar con la mayor atención, las organizaciones dan gran valor a esta actitud.

Asegurar el futuro es pues una actividad diaria, de carácter iterativo y recursivo donde el consumo de información y el ejercicio reflexivo de esta permite hacer probable y posible el futuro deseable.

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